19 de julio de 2024
En mayo pasado, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) registró un incremento del 2,3% en comparación con el mismo mes del año anterior y un aumento del 1,3% respecto de abril en la medición desestacionalizada. Esta mejora en los indicadores económicos se debe en gran medida a la recuperación de la cosecha del sector agropecuario, que contrasta con la histórica sequía sufrida el año pasado.
La notable mejora en la actividad agrícola ha sido un factor clave para el repunte económico. Las condiciones climáticas favorables permitieron a los productores agrícolas recuperar niveles de producción significativamente mejores en comparación con el período anterior, cuando la sequía devastó los cultivos y redujo drásticamente los rendimientos. Este rebote en la producción agrícola ha sido crucial para la economía, dada la importancia del sector en el PIB nacional.
Sin embargo, no todos los sectores económicos comparten esta tendencia positiva. Los sectores más intensivos en mano de obra, como la industria manufacturera, la construcción y el comercio, enfrentaron caídas significativas. Estos sectores, que suelen ser grandes empleadores, han mostrado signos de debilidad y han sido afectados por diversos factores, incluyendo la disminución de la demanda interna, la incertidumbre económica y las dificultades para acceder a financiamiento.
La industria manufacturera, por ejemplo, ha tenido que lidiar con un contexto económico desafiante, caracterizado por altos costos de producción y dificultades para competir en los mercados internacionales. La construcción, tradicionalmente un motor del empleo y la actividad económica, también ha experimentado una desaceleración debido a la reducción de la inversión pública y privada. El comercio, por su parte, ha sufrido las consecuencias de la disminución del poder adquisitivo de los consumidores y las restricciones relacionadas con la pandemia.
Este panorama mixto presenta desafíos significativos para la política económica del gobierno. Mientras que la recuperación del sector agrícola es una señal alentadora, la debilidad en los sectores intensivos en mano de obra plantea riesgos para el empleo y el crecimiento económico sostenido. La administración deberá considerar medidas que impulsen la actividad en estos sectores, posiblemente a través de incentivos fiscales, mejoras en el acceso al crédito y programas de apoyo a la inversión.
En resumen, el Estimador Mensual de Actividad Económica de mayo muestra una recuperación del 2,3% interanual y un aumento del 1,3% respecto de abril, impulsado por la recuperación del sector agropecuario. No obstante, sectores clave como la industria manufacturera, la construcción y el comercio siguen enfrentando desafíos importantes, lo que subraya la necesidad de una estrategia económica equilibrada que promueva el crecimiento en todos los sectores de la economía.