En la medianoche del 20 de marzo de 2020 comenzó a regir el aislamiento social preventivo y obligatorio en todo el país, una medida destinada mitigar la expansión del coronavirus (Covid-19.
Fue anunciada por el presidente Alberto Fernández, al término de una reunión que mantuvo en la Residencia de Olivos con gobernadores, ministros y funcionarios, en la cual se analizaron medidas a implementar para contener la pandemia.
Desde ese día los ciudadanos solo tuvieron permiso para salir de sus casas a «hacer lo necesario para su vida habitual», como las compras de alimentos en comercios de proximidad y productos de farmacia.
«Estamos tomando medidas excepcionales, en un momento excepcional, dentro del marco que una democracia permite», justificó el mandatario en el anuncio, donde se mostró flanqueado por el gobernador bonaerense Axel Kicillof; el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta; el gobernador santafesino Omar Perotti y el jujeño, Gerardo Morales.
El Presidente también dispuso que Gendarmería Nacional, Prefectura, Policía Federal y policías provinciales controlasen el cumplimiento del aislamiento en las calles y rutas del país.
El aislamiento fue prorrogado sucesivas veces debido al sostenimiento de los casos y dejó de regir el 5 de noviembre, cuando fue reemplazado por el distanciamiento que no requería autorización expresa para circular y permitió la reapertura de ciertas actividades no esenciales.
Las medidas
A partir de la vigencia del Decreto de Necesidad y Urgencia 297 de 2020 las personas solo podían salir para hacer lo estrictamente necesario, como proveerse de alimentos y medicamentos.
El transporte público de pasajeros funcionaba «sólo para uso de quienes están exceptuados de cumplir el aislamiento». El mandatario indicó que «desalentaremos que la gente se suba a automóviles y circule por la vía pública» y advirtió que habrá verificaciones y constataciones «sobre los motivos por los que cualquier persona o automóvil está transitando» y que «quien no pueda justificarlo será sancionado».
Solo podían funcionar los comercios de cercanía y los que proveían los servicios y alimentos básicos para la subsistencia de la población.