Esta semana tendrá un día importante, mientras se siguen dando negociaciones virtuales entre el Gobierno Nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI): Argentina pagará el último vencimiento del año, de 1900 millones de dólares y, a la vez, el organismo revelará los resultados de la pesquisa interna sobre el crédito que la gestión de Christine Lagarde le otorgó al Gobierno de Mauricio Macri. 

Fuentes del organismo confiaron que se publicará «un reporte» luego de la reunión del Board, pero no especificaron fecha. Los encargados de la negociación de la deuda estiman que sería este miércoles, algo que confirmaron además fuentes en Washington. Esta investigación interna ya estaba en curso en el organismo, pero hace unos días, fuentes del FMI confirmaron que vería la luz. Fue unas horas después de que el Presidente Alberto Fernández pidiera, en el cierre de la Conferencia de la Unión Industrial (UIA), que el Fondo proceda en ese sentido. 

En paralelo, el Gobierno cerrará el último pago del año al organismo, los 1900 millones de dólares de diciembre. Según los datos que el oficialismo había incluido en la ley de Presupuesto, en 2022 no había pagos especificados en concepto de deuda externa, por lo cual se deduce que habrá un cierre del acuerdo en enero o febrero. Cabe recalcar que, de no darse, en marzo del año próximo Argentina caería en cesación de pagos. Según supo este diario, después del 10 de enero y antes de febrero -mes en que habría sesiones Extraordinarias para tratar el Plan Plurianual-, habrá cruces de misiones: de técnicos argentinos a Washington y de enviados de Georgieva al país, con el objetivo de ver detalles finales e evaluar la posibilidad de una carta den intención que, inclusive, podría estar antes que el propio tratamiento parlamentario. 

En este escenario, por qué para Argentina es relevante ver los detalles de la investigación del FMI? Porque se sobreentiende, y lo ha admitido el propio organismo, que el crédito de 45 mil millones de dólares que tomó la administración de Cambiemos, fue parte de una estrategia de los Estados Unidos para sostener un bloque de gobierno de centro derecha en la región. De esta manera, el Gobierno buscará mostrar que esas prácticas deberían funcionar como un dato a favor de Argentina en el marco de la renegociación de un préstamo que fue récord para el país y el organismo, y que además fue otorgado en condiciones dudosas a un país que -según el propio FMI- estaba en quiebra. 

La investigación interna no mostrará, a priori, quiénes dieron la orden de otorgar el crédito, pero sí dará cuenta de la situación de Argentina al momento de haber acudido al organismo. Ya hay algunas pistas: los reportes del año 2020 del organismo mostraron que Argentina no estaba condiciones de responder a un préstamo semejante. Y hasta el FMI apunta en sus papers internos que debió alertar al país de la necesidad de imponer controles a los flujos de capitales, con el objetivo de evitar la profundización de un proceso de fuga de capitales que ya se venía dando y que se intensificó luego de la toma de la deuda. Así, si se ven los números de fuga luego del arranque de crédito, se fueron del país el equivalente a los 45 mil millones del crédito. 

Estos datos son, para el Gobierno, un insumo político interesante para dos discusiones: la negociación técnica con el FMI y, sobre todo, el debate parlamentario en el que buscará exponer a quienes tomaron la deuda que hoy renegocia el Frente de Todos. Esto es relevante sobre todo a la luz de la derrota en Diputados que el Gobierno sufrió en el tratamiento del Presupuesto. 

Un informe pone la lupa

Un trabajo del centro CEPA analizó las características políticas del acuerdo. «Incluso considerando sólo los desembolsos efectivamente realizados, los montos girados superan al segundo puesto en el ranking de países en la historia de préstamos del Fondo», explican y agregan que «si se hubiesen cumplido todos los desembolsos del acuerdo ajustado en octubre de 2018 que totalizaban aproximadamente USD 57.000 millones, se hubiese superado la mitad de lo que el FMI desembolsó durante la pandemia a 85 países». 

En paralelo, el CEPA destacó que «si se consideran solo los efectivos desembolsos, 44.000 millones por el FMI en Argentina, para rescatar al gobierno de Mauricio Macri de su propio modelo económico, se supera el total otorgado a todos los países que se encuentran fuera de la órbita del hemisferio occidental (según las categorías regionales del FMI) en pandemia. Es decir, el compromiso monetario del FMI con la continuidad del gobierno de Cambiemos es superior al compromiso del organismo con otros 64 países para hacer frente a la crisis desatada por el COVID». 

El informe argumenta, también, que «los desembolsos se utilizaron para financiar la salida permanente de capitales, a contramano de lo que el propio estatuto del FMI establece». Y citan la Sección 1 del Art. VI del estatuto del FMI que, en su inciso a, indica: “ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital, y el Fondo podrá pedir al país miembro que adopte medidas de control para evitar que los recursos generales del Fondo se destinen a tal fin”.