El Fondo Monetario Internacional (FMI) movió fuerte con un gesto que es más simbólico desde lo político que noticioso desde lo económico: en el sprint final de la renegociación de la deuda de 45 mil millones de dólares con Argentina avisó, vía diferentes voceros, que en los próximos quince días se conocerán detalles de la investigación interna sobre el préstamo que tomó en 2018 la administración de Mauricio Macri. El crédito más importante no sólo en la historia argentina, sino también en la del propio organismo multilateral. En este escenario, Argentina espera que esa autocrítica, que ya fue incluída en grajeas en diferentes trabajos internos de Fondo (ver aparte), redunde en beneficios concretos para el país en el marco de la negociación para llegar a un acuerdo antes de fin de año. 

Las expresiones del FMI ocurrieron, no casualmente, horas después de que el Presidente Alberto Fernández pidiera, en el cierre de la Conferencia de la Unión Industrial (UIA), que el organismo procediera en ese sentido. “Estamos progresando en construir entendimientos con el FMI para que sobre esa base podamos llegar a un acuerdo. Pero debemos hacer todo para evitar que vuelva a pasar algo como lo que pasó con el programa que firmó el gobierno anterior y que tanto daño le hizo a la Argentina. Por eso le pedimos al FMI que antes de que cerremos un nuevo acuerdo, haga su evaluación de lo que fue el fallido programa Stand-By por el que se desembolsaron 44 mil millones de dólares que se mal utilizaron en pagar deuda insostenible y en financiar salida de capitales”, expresó el mandatario. Luego, el FMI avisó que irá en ese sentido

La primera reacción a la medida de no dejar pasar cuestiones irregulares del crédito de Cambiemos, casi una jugada en tándem, mostró una jornada en la plaza bursátil local e internacional al alza. Un camino alcista que había empezado cuando, hace unos días, el Gobierno Nacional confirmó que este sábado saldrá una misión de Economía y el BCRA a negociar cuestiones técnicas con el Staff en Washington. Los datos del viernes mostraron un salto de los bonos superior al 8 por ciento y una nueva baja en el Riesgo País, que en sólo dos días pasó de rozar los 2000 puntos básicos a quedar apenas por encima de los 1700. 

Este es el escenario en cual se inscribe a la misión que inicia este domingo en los Estados Unidos, en encuentros entre tres enviados de Economía y dos del BCRA, que serán recibidos por los encargados del caso argentino, Julie Kozak y Luis Cubeddu. 

Pesquisas y otras “limpiezas”

Cuando Alberto Fernández venció a Macri en las presidenciales del 2019, no sólo hubo cambio de signo político y caras en el poder local, sino que se dio una limpieza casi completa en el Fondo Monetario. Christine Lagarde, la francesa que lo presidía, fue corrida y asumió Kristalin Georgieva. También salieron las segundas y terceras líneas y, en las últimas horas, cayó otro de los pesos pesados de aquel entonces. El japonés-americano Geoffrey Okamoto, que fue subdirector gerente y uno de los mayores impulsores del crédito a Macri, fue reemplazado por Gita Gopitah, nacida en Calcuta, pero con formación en los Estados Unidos. La movida fue extraña, en este contexto, porque la india había avisado su salida del organismo para irse a trabajar a Harvard. 

Todos esos corrimientos de cuadros responsables -que mayormente negociaron con el entonces ministro de Economía de Macri, Nicolás Dujovne- se dieron casi en paralelo a la apertura de una especie de sumario interno que, vale aclarar, no es un decisión excepcional para Argentina, sino que el FMI está obligado, por sus propias reglas, a revisar los préstamos que sobrepasan volúmenes y condiciones aceptables. Lo que hizo, entonces, es lo que se conoce como “Evaluación Ex-Post del Acuerdo Stand-By de Argentina de 2018″, que monitorea todo el préstamo, que el FMI considera “excepcional). Así, en los primeros días de la semana del 20 de diciembre, seguramente el 22, el Directorio Ejecutivo del Fondo dará a conocer una parte de los resultados de las pesquisas. 

Lo que pide Argentina al FMI

Para Argentina, esto abre una puerta para encaminar una renegociación con beneficios: a priori, se manejan dos opciones más o menos ciertas. La primera, es que el FMI acepte no cobrar la sobretasa, penalización por haber tomado un crédito mayor a las posibilidades de pago. Aquí el país tiene un lobby internacional favorable, ya que las constantes negociaciones con Europa y el G20 redundaron en respaldos masivos de líderes europeos. Sobre todo uno de ellos, la Alemania de Ángela Merkel y su sucesor, Olaf Scholtz, uno de los que habla seguido con el ministro de Economía Martín Guzmán.

Y la segunda, la más compleja, que el organismo otorgue más plazo para saldar. Allí, la ventana que se abre es un crédito de Facilidades Extendidas que tiene 10 años, pero que da 4,5 años para empezar a pagar. En ese interín, el país buscaría un asterisco negociado con el organismo que amplíe el período de 10 años. Geogieva, por su parte, dio en las últimas horas una entrevista a la agencia Reuters y no otorgó definiciones: “hemos trabajado hasta ahora de manera constructiva, pero aún queda mucho por hacer”, aseveró. 

Según confiaron a Página I12 fuentes que conocen de primera mano la negociación, el préstamo se revisa por diferentes factores: el primero, el monto, el doble de lo que presta el FMI. En segundo lugar, porque los informes previos sobre Argentina dan la pauta de que no tenía espaldas para tomar ese préstamo e, igual, se lo otorgaron. Y el tercer punto explica los dos anteriores: la geopolítica internacional y el interés del Estados Unidos de Donald Trump por sostener en la región un eje de gobiernos de centro derecha con cierta estabilidad, hizo que el país del Norte avalara algo que fue casi un salvataje de la gestión Macri. Un préstamo que entró en la peor parte de la crisis y que, aún así, se esfumó en cuestión de meses. Para Argentina queda otra tarea que no es urgente pero sí importante, saber dónde y para qué se fugó en ese período el equivalente al total de lo recibido del FMI.