La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió este jueves que aunque «hagan lo que le hagan», la quieran matar o meter presa, ella es «del pueblo» y llamó a fundar un nuevo «pacto democrático» con todos los sectores políticos.

En su primera aparición en un acto masivo tras el atentado que sufrió el 1º de septiembre del año pasado, la vicepresidenta instó a la «renovación del pacto democrático» que, dijo, se fundó el 10 de diciembre de 1983 en Plaza de Mayo.

En el comienzo de su discurso, ante una Plaza de Mayo colmada de manifestantes, Cristina Fernández se refirió a los primeros pasos del gobierno de Néstor Kirchner y recordó que “cuando él llegó el Estado era chiquitito, pero la deuda externa era grande”.

“Cuando se cayó esa falsa dolarización de los noventa, esta Plaza estalló”, recordó la exmandataria, quien en la misma línea recordó que «cuando llegó Néstor jubilarse no era un derecho».

Cristina afirmó que «es necesario que llevemos» este mensaje «a todos los rincones de la patria. Ese país que recibió aquel presidente patagónico de apenas 22% de votos, que sigue viviendo en el corazón del pueblo, ese país que recibió venía de una gran crisis en 2001. En estos tiempos en los cuales se habla en contra del Estado, es necesario un Estado que no moleste, que deje que los argentinos vivan en paz».

Agregó que «es necesario que llevemos a todos los rincones de la patria, en cada escuela, barrio, comercio, calle, que cuando él llegó era así de chiquito el Estado y la deuda era así de grande», destacó la Vicepresidenta desde la Plaza de Mayo a 20 años de la asunción de Néstor Kirchner.

La vicepresidenta afirmó además que Néstor Kirchner «sigue viviendo en el corazón del pueblo y en cada argentino y argentina al que le dio dignidad».

«No es pecado pagar buenos salarios, al contrario», continuó Cristina Fernández ante una multitud en la Plaza de Mayo que, pese a la lluvia, se mostraba colmada, y recordó que «en mi segundo gobierno fue cuando la gente ganó más plata».

También se refirió a la situación económica que atraviesa el país al asegurar que «no podemos seguir atados a que llueva o que salga el sol», dijo, en referencia a la sequía.

«Necesitamos poder articular algo distinto, no podemos seguir atados a una economía primarizada y a los precios internacionales, a que llueva o a que salga el sol. Necesitamos articular lo público y privado, una alianza para agregar valor e incorporar tecnología«, continuó Fernández de Kircher ante una multitud que entre pausa y pausa corea «Cristina Presidenta».

«Esta es la discusión que necesitamos los argentinos y no las boludeces que escuchamos todos los días por la televisión», planteó la exmandataria en Plaza de Mayo.

Fernández sostuvo que «si no logramos que el programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, industrialización e innovación tecnológica, va a ser imposible pagarlo, por más que digan lo que digan».

Además, pidió al FMI que «dejen de querer dirigir la política y clausurar la industrialización del país y convertirnos únicamente en proveedores de materia prima».

«Somos 46 millones, no alcanza con la materia prima, tenemos que incorporar valor y tecnología para que haya trabajo de calidad y buenos salarios, lo que el país necesita. Se puede hacer porque nosotros lo hicimos durante 12 años y medio. Gracias a los kukas también recuperamos Vaca Muerta», afirmó la Vicepresidenta.

Luego dedicó parte de su discurso a la deuda con el Fondo Monetario Internacional contraida por el gobierno de Mauricio Macri, al afirmar que «el FMI le dio a Macri 57.000 millones de dólares para que gane las elecciones”, tras lo cual destacó que «la Argentina volvió a crecer, pero el crecimiento se lo están llevando cuatro vivos», tras recordar que ella lo había advertido en diciembre del año pasado, y aseveró que el actual Gobierno es «infinitamente mejor que otro de Mauricio Macri».

«Dije que iba a haber crecimiento, pero si no cuidábamos los precios de la economía el crecimiento se lo iban a llevar cuatro vivos», sostuvo, y afirmó que «ahora el crecimiento se lo están llevando cuatro vivos».

Sin embargo dijo que «a pesar los errores y las diferencias» en el propio oficialismo «este Gobierno es infinitamente mejor del que lo hubiera sido otro de Mauricio Macri».

La exmandataria señaló que el préstamo al Gobierno de Cambiemos «fue político» y «política tiene que ser la solución», y citó a Néstor Kirchner cuando «decía que los muertos no pagan la deuda». «Creen que lo van a a pagar únicamente con commodities», manifestó.

En ese sentido afirmó que su gobierno dejó en 2015 «un país mucho mejor» que el que había recibido y recordó que en 2019 la Argentina estaba «nuevamente endeudada en dólares».

«El 9 de diciembre de 2015, el nivel de endeudamiento no solamente era ínfimamente ridículo. Las familias tampoco estaban endeudadas, las empresas tampoco. El salario de los trabajadores era el más alto de América Latina, porque la jubilación era la mejor de la región, porque habíamos lanzado satélites y estábamos incorporando tecnología, habíamos peleado contra los fondos buitres», sostuvo.

Cristina afirmó que aunque «hagan lo que hagan» desde los sectores opositores ella es «del pueblo» y recordó cuando quisieron asesinarla en septiembre pasado.

«Nunca fui de ellos ni lo voy a ser. Hagan lo que hagan, me quieran matar, meter presa, yo soy del pueblo y de ahí no me muevo», dijo luego de repasar los números con los que terminó su gestión con un «51%» de distribución de la riqueza en favor de los trabajadores.