El papa Francisco criticó este viernes la «guerra atroz» en Ucrania y advirtió por el peligro nuclear que se puede desatar si escala el conflicto originado por la invasión rusa, al encabezar en el Vaticano una ceremonia para el fin del conflicto frente a más de 5.000 personas.
«En estos días siguen entrando en nuestras casas noticias e imágenes de muerte, mientras las bombas destruyen las casas de tantos de nuestros hermanos y hermanas ucranianos indefensos», planteó el pontífice durante la celebración en la Basílica de San Pedro, en la que encomendó a la Virgen los pueblos de Ucrania y Rusia para el fin del conflicto.
«La guerra atroz que se ha abatido sobre muchos y hace sufrir a todos, provoca en cada uno miedo y aflicción. Experimentamos en nuestro interior un sentido de impotencia y de incapacidad», agregó luego el pontífice.
Según calculó ante la consulta de Télam el vocero papal Matteo Bruni, unas 3.500 personas acompañaron al Papa dentro de la Basílica y otras 2.000 lo hicieron desde las sillas dispuestas en la Plaza San Pedro.
«En unión con los obispos y los fieles del mundo, deseo solemnemente llevar al Corazón inmaculado de María todo lo que estamos viviendo; renovar a ella la consagración de la Iglesia y de la humanidad entera y consagrarle, de modo particular, el pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que con afecto filial la veneran como Madre«, planteó Francisco, mientras el Vaticano desplegó inusuales medidas de seguridad para controlar el ingreso de los fieles.
«No se trata de una fórmula mágica, sino de un acto espiritual. Es el gesto de la plena confianza de los hijos que, en la tribulación de esta guerra cruel e insensata que amenaza al mundo, recurren a la Madre, depositando en su corazón el miedo y el dolor, y entregándose totalmente a ella», agregó el Papa.
En la oración dedicada a la Virgen, Francisco enfocó su preocupación en que se preserve «al mundo de la amenaza nuclear», en su primera intervención pública sobre el peligro atómico desde el inicio del conflicto hace más de un mes.